Como ya hemos venido diciendo hasta ahora, el hecho de realizar cursos de idiomas se ha convertido en algo fundamental para el futuro y el desarrollo de los jóvenes de la sociedad actual, puesto que el dominio de varias lenguas hace desaparecer las barreras lingüísticas y abre las puertas a la internacionalización, cumpliendo así uno de los requisitos laborales indispensables de los diferentes sectores del mercado.
Todos sabemos que la facilidad para aprender idiomas no es la misma para todo el mundo, pues hay una serie de factores que influyen en la capacidad de aprendizaje de nuevas lenguas, algunos tan básicos como la edad. Y precisamente hoy nos centraremos en éste último, intentando responder a la típica cuestión de “soy demasiado mayor para ponerme a estudiar un idioma nuevo”.
¿La edad influye en el dominio de idiomas?
Lo primero que debemos hacer es diferenciar entre el aprendizaje de nuestra lengua materna del aprendizaje de una nueva lengua, ya que los mecanismos usados para su aprendizaje son completamente distintos ¡aunque no deberían!
Existe la creencia popular que cuando somos pequeños/as somos como esponjas y lo captamos todo enseguida, lo cual puede ser cierto hasta cierto punto y en según qué contextos. No obstante, también es cierto que nuestra realidad indica que después de 10 años de escolarización con el inglés como asignatura obligatoria, un gran porcentaje de alumnos no son capaces de mantener una conversación en inglés. Así pues ¿en qué influye la edad? ¿Es simplemente un mito?
Para responder a estas preguntas debemos preguntarnos cómo aprendemos nuestra lengua materna. Si lo analizamos, nos daremos cuenta que desde que nacemos estamos expuestos a una gran cantidad de contenido en dicho idioma, y precisamente eso es lo que marca la diferencia, sea cual sea la edad.
¿Tienen los niños/as y adolescentes esta cantidad de “input”?
La respuesta, aunque existen excepciones, es no. En lo que sí que tendrá la mayor parte de las ocasiones ventaja un niño/a es en la pronunciación. Resulta increíble ver como el profesor dice una palabra, y ellos/as son capaces de reproducirlas exactamente con la misma entonación y acento sin ningún esfuerzo. Es por esta razón por la que se dice que cuanto antes mejor, aunque sólo si va acompañado de una gran cantidad de actividades extra que complementen y hagan estar en contacto diario con la lengua, no sólo en el ámbito escolar.
No obstante, a medida que pasan los años nuestros órganos “sufren” un proceso llamado fosilización. Este consiste en que los órganos que ayudan a producir sonidos se acostumbran a producir solo los de nuestra lengua, lo cual llegado cierto punto puede ser un inconveniente al intentar introducir algunos nuevos que desconocíamos y sí existen en otras lenguas. ¡No es imposible! Pero requerirá mucho más trabajo y dedicación aprenderlos y “re-educar” nuestra boca o lengua.
También es cierto que ésta, y la falta de costumbre de estudio, son los únicos impedimentos que un adulto/a puede encontrar. Mientras más mayores nos hacemos, más capaces somos de interrelacionar ideas y conocimiento, establecer conexiones y proveernos por voluntad propia de material extra. Además, normalmente tenemos algo de lo que carecen los niños/as y adolescentes y que resulta de vital importancia; motivación. Ya sea laboral, académica o por el simple placer de continuar nuestra formación o viajar.
Además, no olvidemos que el hecho de crecer en un ambiente bilingüe o multilingüe hace que algo tan complejo como aprender de cero un idioma extranjero se convierta en una tarea de menor dificultad.
Conclusiones
Y la conclusión a la pregunta ¿soy demasiado mayor para aprender un idioma? Es… No, nunca se es demasiado mayor. Seguramente te encontrarás con alguna limitación que requerirá más paciencia por tu parte para mejorar ¡pero todo lo demás dependerá de ti!
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