Sabiendo que el optimismo y la positividad son factores que influyen directamente en el estado de ánimo y el pensamiento, un estudio ha analizado su relación directa con las palabras, sonidos y maneras de expresarse en un idioma en concreto, para determinar así la lengua más feliz a la hora de hablar y leer. Este estudio realizado en EEUU determina principalmente que todos los idiomas favorecen al positivismo por si mismos, pero que de entre una muestra escogida de 100.000 palabras de las 24 lenguas más usadas en nuestro planeta, el español se sitúa en primera posición, siendo así el idioma más feliz y positivo del mundo.
Los idiomas más positivos y felices
Para llevar a cabo este estudio se empezó originalmente con una muestra de 10 idiomas, con 10.000 palabras por cada uno de ellos. Seguidamente, un grupo de personas de habla nativa se encargó de clasificarlas en base a una puntuación dada a cada palabra dependiendo de la percepción y connotación triste o feliz de estas. El objetivo era obtener unas 50 clasificaciones por palabra, pues se debe poseer una amplia y detallada base de datos para generar resultados fiables. Los resultados mostraron una tendencia positiva sobre la totalidad de los idiomas, liderada por el español, en segundo lugar el portugués y en tercer lugar el inglés. En última posición y por tanto la lengua que menos positivismo y felicidad inspira a la hora de expresarse es el chino mandarín.
Vemos pues que se confirma la teoría de los humanos preferimos usar palabras de connotaciones positivas en nuestras conversas y pensamientos, pues actuamos de este modo instintivamente. Estos factores influyen también a la hora de aprender idiomas y para la enseñanza de cualquier materia lectiva.
Las lenguas y las palabras en el aspecto emocional
La relación de las palabras y la felicidad, se ha puesto en estudio también en el campo de las novelas escritas, las películas de cine e incluso en el mundo del marketing y la publicidad. Tanto es así, que partiendo de la base del estudio sobre las palabras de diferentes lenguas, se ha analizado la frecuencia en la que encontramos palabras de percepción positiva y de percepción negativa en distintos fragmentos de la producción, determinando así el efecto emocional generado.
En este sector, se debe hacer especial hincapié en el inicio y en el tramo final de la obra, pues prestamos más atención y presentan factores de mayor implicación en el seguimiento. En especial el final, puede hacer que nuestra inclinación emocional se decante por la felicidad o la tristeza.
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