Todos hemos escuchado en algún momento la misma oración; “los niños son una esponja, lo aprenden todo muy rápido”, algo que se suele aplicar rápidamente al aprendizaje de una lengua extranjera ¿Pero es esto realmente cierto? ¿Implica esta afirmación que si ya no nos encontramos en una edad temprana nos resultará casi imposible aprender y dominar una lengua de forma satisfactoria?
¿Qué contexto rodea al aprendizaje del idioma?
Esta es la primera pregunta que debemos responder para decidir si la frase “cuanto antes mejor” es acertada o no, pues cuando estamos aprendiendo una lengua, uno de los elementos de mayor importancia, sino el que más, es la cantidad y calidad del input que recibimos.
Inmersión Lingüística
Si el aprendizaje de la lengua se realiza en un contexto en el que estamos rodeados durante las 24 horas del día por el idioma que queremos aprender, por ejemplo un castellano parlante viviendo en Inglaterra, varios estudios demuestran que mientras más jóvenes seamos más probabilidades tendremos de aprender la lengua con rapidez, de forma satisfactoria y con un nivel prácticamente nativo, ya que todo se interioriza como algo natural.
¿Qué contexto es más habitual?
Por otro lado, si estudiamos el contexto en el que se encuentran la mayoría de los niños y adultos que aprenden un segundo idioma, vemos que la cantidad de horas dedicadas a la lengua que se quiere aprender normalmente se limitan a las que recibimos dentro del aula, con lo cual suprimimos la gran cantidad de input que se genera en el anterior ejemplo, pues todo lo que nos rodea, desde la televisión hasta los carteles, está escrito en nuestra lengua materna, no en Inglés, Alemán o Francés. Dentro de este contexto, la posible línea que marca el cuándo es mejor aprender una lengua se diluye, e incluso, bajo nuestro punto de vista, se decanta en favor de los adultos.
¿Qué ventajas tiene aprender una lengua extranjera cuando eres adulto?
Una de las ventajas que la mayoría de adultos tienen sobre los niños o adolescentes a la hora de aprender una lengua extranjera es la motivación. En los adultos siempre existe una motivación personal para aprender el idioma, ya sea por motivos laborales o por su utilidad a la hora de viajar. Los adolescentes y niños, la mayoría de las veces carecen de una motivación interna para aprender la lengua extranjera (normalmente el Inglés), pues es una obligación impuesta, con lo cual el aprendizaje suele constituir un proceso mucho más lento.
Por otro lado, es necesario constatar que los adultos han conseguido desarrollar algo vital para aprender de forma satisfactoria un segundo idioma; técnicas de aprendizaje del idioma. Cuando aprendemos una lengua sin tener el input necesario día a día, pues tal y como hemos explicado la mayoría de las veces la cantidad de horas que recibimos en la lengua extranjera se reducen a las de escuela o academia de idiomas, resulta de vital importancia aprovechar al máximo la información recibida e interiorizar los contenidos gramaticales y de vocabulario que se explican. Los adultos tienen una mayor capacidad, dada su mayor experiencia, para establecer conexiones entre lo que se aprende y lo que ya conocemos, además de técnicas para memorizar este contenido.
¿Qué desventajas tiene aprender una lengua cuando eres adulto?
El miedo a equivocarse
Si bien es cierto que el contexto en el que nos situamos proporciona cierta ventaja a los adultos, los niños carecen de algo que les facilita aprender una lengua; el miedo al error. Como adultos, la vergüenza es el mayor obstáculo que podemos encontrar cuando aprendemos un idioma. Esto se puede traducir en un inconveniente básico; el silencio en el aula. Aunque no se comprenda algún contenido gramatical o de vocabulario explicado, el silencio viene dado por la percepción equivocada del alumno que, como nadie más ha realizado ninguna pregunta al respecto, es el único que no comprende lo explicado y el resto de alumnos considerarán una pérdida de tiempo realizar alguna aclaración. Es necesario que los adultos no sientan vergüenza a preguntar y equivocarse, pues es el único modo de aprender. No olvidemos que no son el resto de alumnos los que determinan cuando algo es correcto, incorrecto, adecuado o inadecuado, sino el profesor.
El miedo a hablar un idioma
Por otro lado, existen dos rasgos primordiales que dificultan una correcta adquisición de la pronunciación de un idioma. El primero de ellos tiene una estrecha relación con lo explicado anteriormente, pues ante el miedo de equivocarse o que el resto de alumnos juzguen su actuación, algunos alumnos rechazan hablar en clase en el idioma que se quiere aprender y recurren a su idioma materno, algo que se debe evitar por todos los medios, pues el aula constituye muchas veces el único contexto en el que podremos usar el idioma que estamos aprendiendo. En segundo lugar, los adultos están demasiado acostumbrados a producir determinados sonidos, mientras que los niños no se preguntan el por qué de la pronunciación de algo, simplemente lo imitan con exactitud. En el caso de los adultos, nuestros órganos articuladores, con especial atención a la boca, llevan muchos años produciendo determinados sonidos, y requiere horas de práctica el incorporar algunos nuevos y/o añadir variantes a los que ya conocíamos, a través de, por ejemplo, la fonética o las clases de repaso de Speaking.
No olvides para qué sirve un idioma
Sea cual sea tu motivación, edad y el contexto en el que te encuentres, nuestro consejo para aprender una lengua es que la disfrutes. Además de las clases presenciales, cursos intensivos, online o clases vía Skype, mira películas o series en Inglés, viaja a países donde se hable el idioma que estás aprendiendo a hacer cursos de idioma en el extranjero o simplemente a visitarlo, escucha música en ese idioma… Al fin y al cabo, nuestro objetivo debe ser aprender a usar una lengua, no memorizarla.
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